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2. Objetividad y subjetividad

Objetividad y Subjetividad

Según la intención comunicativa del emisor, podemos encontrarnos ante descripciones objetivas y subjetivas. ¿Cómo identificarlas? Aquí te proponemos unas pautas a seguir para ayudarte en esta diferenciación:

 La descripción objetiva es propia de los textos científicos y técnicos. Tiene una finalidad informativa: pretende mostrar la realidad tal como es. En ella, el emisor se limita a reflejar lo que ve de una manera minuciosa y precisa, sin manifestar sus propios sentimientos o emociones. Este tipo de descripción utiliza un lenguaje objetivo y riguroso. 

 La descripción subjetiva es propia de los textos literarios. Tiene una finalidad estética. El emisor no se preocupa tanto de reflejar la realidad como de dar cuenta de los efectos que esa realidad produce en su ánimo; por eso, la descripción pierde en minuciosidad y exactitud y se llena de valoraciones personales que transmiten al receptor las emociones y sentimientos de quien hace la descripción.

PONTE A PRUEBA:

Te presentamos dos textos históricos que relatan un mismo hecho, la batalla de Covadoga, descrito por ambos combatientes, ¿quién crees que es más objetivo? ¿existe la subjetividad o la objetividad?

1.300 años de la batalla de Covadonga • La Aventura de la Historia

La batalla de Covadonga

Pelayo estaba con sus compañeros en el monte Aseuva y el ejército de Alqama llegó hasta él y alzó innumerables tiendas frente a la entrada de la cueva (…). Alqama mandó entonces comenzar el combate, y los soldados tomaron las armas. Se levantaron las catapultas, se prepararon las hondas, brillaron las espadas, se encresparon las lanzas e incesantemente se lanzaron saetas. Pero al punto se mostraron las magnificencias del Señor: las piedras que salían de los catapultas y llegaban a la casa de la Virgen Santa María, que estaba dentro de la cueva, se volvían contra los que las disparaban y mataban a los musulmanes. Y como Dios no necesita las lanzas, sino que da la palma de la victoria a quien quiere, los cristianos salieron de la cueva para luchar contra los musulmanes; emprendieron éstos la fuga, se dividió en dos su ejército, y allí mismo fue, al punto, muerto Alqama y apresado elobispo Oppas. En el mismo lugar murieron 124.000 caldeos, y los 63.000 restantes subieron a la cumbre del monte Aseuva y, por un lugar llamado Amuesta, descendieron a la Liébana. Pero ni éstos escaparon de la venganza del Señor.

Crónica de Alfonso III (s. X)

La batalla de Covadonga

Dice Isa ben Ahmad al-Razi que en tiempos de Anbasa ben Suhaim al-Qalbi, se levantó en tierras de Galicia un asno salvaje llamado Pelayo. Desde entonces empezaron los cristianos de al-Ándalus a defender contra los musulmanes las tierras que aún quedaban en su poder (…). Los musulmanes, luchando contra los politeístas y forzándoles a emigrar, se habían apoderado de sus país (…) y no había quedado sino la roca donde se refugia el rey llamado Pelayo con trescientos hombres. Los soldados no cesaron de atacarle hasta que sus soldados murieron de hambre y no quedaron en su compañía sino treinta hombres y diez mujeres. Y no tenían que comer sino la miel que tomaban de la dejada por la abejas en las hendiduras de la roca. La situación de los musulmanes llegó a ser penosa, y al cabo los despreciaron diciendo «Treinta asnos salvajes, ¿qué daño pueden hacernos?».

Al-Maqqari, Nafh al-tib (s. XVII)