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La narración en verso

Hemos de situar los orígenes del género narrativo en la Antigüedad, en la cultura grecolatina, teniendo una gran evolución y transformación con el paso de los siglos. Los primeros ejemplos de obras literarias eran narraciones en verso y que tenían como tema principal las hazañas de los héroes y las gestas de los pueblos a los que defendían. Son conceptos propios de esta época, la ÉPICA y la GESTA:

Pep Hernández. Definición de los conceptos épica y gesta (CC BY-NC-ND)


Hemos de distinguir dos tipos principales de narraciones épicas:

Las EPOPEYAScuyo origen se remonta a la Antigüedad clásica (Grecia y Roma). Algunas de las obras que cabe destacar en el contexto griego con la Ilíada La Odisea, escritas por Homero. Mientras que de origen en la antigua Roma, hallamos La Eneida, de Virgilio. Veamos a continuación tres fragmentos y comprueba el estilo propio de cada una de ellas.:

Contestó el rey de hombres Agamemnón: —Huye, pues, si tu ánimo a ello te incita; no te ruego que por mí te quedes; otros hay a mi lado que me honrarán, y especialmente el próvido Zeus. Me eres más odioso que ningún otro de los reyes, alumnos de Zeus, porque siempre te han gustado las riñas, luchas y peleas. Si es grande tu fuerza un dios te la dio. Vete a la patria llevándote las naves y los compañeros, y reina sobre los mirmidones; no me cuido de que estés irritado, ni por ello me preocupo, pero te haré una amenaza: Puesto que Febo Apolo me quita a Criseida, la mandaré en mi nave con mis amigos; y encaminándome yo mismo a tu tienda, me llevaré a Briseida, la de hermosas mejillas, tu recompensa, para que sepas cuanto más poderoso soy y otro tema decir que es mi igual y compararse conmigo.

Homero, La Ilíada

Así que arribamos a la isla donde estaban juntos los restantes navíos, de muchos bancos, y en su contorno los compañeros que nos aguardaban llorando, saltamos a la orilla del mar y sacamos la nave a la arena. Y, tomando de la cóncava embarcación las reses del Ciclope, nos las repartimos de modo que ninguno se quedara sin su parte. En esta partición que se hizo del ganado, mis compañeros, de hermosas grebas, asignáronme el carnero, además de lo que me correspondía; y yo lo sacrifiqué en la playa a Zeus Cronida, que amontona las nubes y sobre todos reina, quemando en su obsequio ambos muslos. Pero el dios, sin hacer caso del sacrificio, meditaba como podrían llegar a perderse todas mis naves de muchos bancos con los fieles compañeros.

Homero, La Odisea

Entretantanto el cielo empieza a agitarse con horribles truenos; ...Dido y el caudillo troyano se refugian en la misma cueva. La Tierra y Juno prónuba dan la señal al mismo tiempo; brillan los relámpagos y el cielo, cómplice del himeneo, y las Ninfas lanzan alaridos desde la cumbre del monte. Aquel día fue el primero de su ruina, el primero de sus desgracias; pues ni su categoría ni su fama no le preocupan, no considera Dido su amor como algo clandestino; lo llama matrimonio; con ese nombre oculta su culpa. Al instante corre la fama por las grandes ciudades de Libia; la Fama, el más veloz de todos los males; se fortalece con su movilidad y al correr adquiere nuevas fuerzas; al principio el miedo la hace pequeña, luego se alza hasta las estrellas; anda por el suelo y esconde su cabeza entre las nubes... Monstruo horrendo, enorme; cuantas plumas tiene en su cuerpo, tantos ojos vigilantes tiene bajo ellas y otras tantas lenguas, ¡qué maravilla!; cuantas bocas hablan, otras tantas orejas aguza. De noche vuela entre el cielo y la tierra, en la sombra, estridente, y no cierra nunca sus ojos el dulce sueño; de día se instala como centinela bien en la cima de un tejado, bien en las altas torres y aterroriza las grandes ciudades; es tenaz mensajera tanto de lo fingido y lo malvado como de lo verdadero”

Virgilio, Eneida, IV, 160-188

 Siglos más tarde surgen los CANTARES DE GESTA y los ROMANCES, que surgen en la Edad Media con la particularidad de ser narraciones en verso. Dentro de este estilo, es imprescindible conocer el Cantar del Mio Cid, una de las gestas más características de la historia literaria, capaz de ganar batallas incluso después de haber fallecido.

El rey restablece la honra del Cid y de su familia

He aquí que dos caballeros entraron en la corte;

al uno dicen Ojarra, de Navarra embajador,

al otro Iñigo Jiménez, del infante de Aragón.

Besan las manos al rey don Alfonso,

piden sus hijas a mío Cid el Campeador,

para ser reinas de Navarra y de Aragón

y que se las diesen con honra y bendición.

Poema de Mio Cid