Estas son algunas pautas a seguir a la hora de conseguir mayor claridad en la elaboración de textos expositivos.
- Divide tu texto en párrafos. El éxito de comunicación de tu texto depende de cómo distribuyas la información. Esta organización se realiza habitualmente en párrafos que siguen un orden establecido previamente. En el primer párrafo se debe presentar la información general o tema del que trata el texto. Un punto y aparte dará paso al segundo párrafo, que desarrollará de forma más extensa y pormenorizada el tema principal. Recuerda dejar una línea de espacio entre párrafo y párrafo. El tercer y último párrafo se destina a la conclusión del texto con una extensión más breve y precisa que no permita dudas o ambigüedades.
- Distribución del texto. Puedes crear apartados si tu texto es más extenso. Puedes numerar los distintos apartados siguiendo un orden del tipo 1.1, 1.2, 1.3...
- Enriquece el texto con información complementaria (esquemas, diagramas, infografías, etc.). El tema de cada texto determinará qué elementos gráficos se incluirán. Por ejemplo, un texto que trate de la geografía física de Galicia seguramente incluirá mapas con los ríos, los valles y las montañas, con fotos de algunos detalles concretos.
- Adecuación, coherencia y cohesión del texto son claves para la consecución de los objetivos. Recuerda que si empleas oraciones claras y precisas conseguirás tu objetivo antes que si empleas oraciones extensas y complejas.
- Ejemplifica para ayudar a que el texto sea claro. Una teoría compleja sin la aclaración proporcionada por los ejemplos, restará eficacia al texto.
- El uso de conectores textuales cobra especial relevancia, puesto que además de ayudar a organizar la información, permiten una lectura organizada y estructurada.